Where is my mind?

Saturday, April 23, 2005

Atardecer

Ayer al salir de la oficina, frente a mi estaba el sol en uno de los atardeceres mas hermosos que he visto. Sin nubes rojas ni ningún otro adorno, sólo el sol. Descendiendo en el mar lentamente. Uno de mis secretos es que yo me alimento de atardeceres. En cuanto hicimos contacto visual el sol me llamó, tenía que verlo de más cerca. Caminé buscando una entrada hacia la playa mientras el sol inexorable se escondía. Malditos sean los que ponen rejas en las playas!!! Cuando por fin encontre un punto desde el cual podia verlo, éste ya se había ido, pero justo antes de amanecer en el otro extremo del mundo, con su ultimo rayo se alcanzó a despedir de mi: "nos vemos mañana" dijo. Yo se que él habrá de cumplir. Ojalá mañana no hay una reja...

Friday, April 22, 2005

Robo

Me han robado mis letras. Desde hace tiempo que no las encontraba y yo creí que estaban guardadas pero no…
Fue cuando las quise sacar y vi que cada vez quedaban menos, día con día iban disminuyendo. Y que soy yo sin mis letras? Esperaron tanto tiempo para salir, para multiplicarse y crear nuevas historias y ahora que les quiero abrir la puerta ya no están. Me las han robado.

Lo peor de todo es que yo mismo he sido cómplice del robo. Yo lo he permitido. Al dejar que solo salgan los “reciba un cordial saludo”, los “quedo a sus amables ordenes” y demás ejemplos tan fríos, tan falsos, tan muertos… Esas frases se han llevado lo mejor de mis letras y me están dejando sin nada, sin el alimento de las emociones, de las imágenes y los mensajes que en todo momento me transmite el exterior. Mis oídos se han cerrado y ya no escuchan ni el silencio, mis manos están frías y mis ojos se pierden, cegados poco a poco por un cruel e implacable monitor.

Quiero recuperar mis letras, porque en su lugar se están instalando sólo números, cifras que no sienten, que no expresan nada, representadas en relojes y estados de cuenta. Cifras que encandilan y pueden volverse el centro de toda una existencia. Siempre están lejanas, nadie las alcanza, nadie las puede tener, siempre se escapan y por mas que se acumulen, cuando se espera obtener algo de ellas siempre dan la espalda, insuficientes en todo momento.

En cambio, mis letras están vivas, después de la batalla con los números quedaron pocas pero decididas e multiplicarse nuevamente y retomar el lugar que les pertenece. Decididas a volver a crear, a compartir esa vida que poseen y generar vida nueva. Saben que la batalla nunca habrá de terminar y la única forma en que no las robarán de nuevo es no almacenándolas.

La verdadera lucha contra el ladrón apenas comienza…