Where is my mind?

Wednesday, May 04, 2005

De la playa a las montañas


La salida se estableció a las 2 de la tarde. Después de algunos retrasos y paradas estratégicas para comprar el mejor de los shampoos, salimos a San Sebastián. En el carro íbamos, Fanny, Vivi y yo. El calor ya empezó en Vallarta y según dicen es sólo el principio, así que más vale que ahora sí me acostumbre de lo contrario me esperan 6 meses de sufrir, detesto el calor…

El camino fue divertido, y las expectativas eran grandes. San Sebastián… desde hacía ya mucho tiempo había escuchado hablar de este pueblito, entre los cerros, aislado, conservando ese “algo” que muchos otros lugares ya perdieron. En el recorrido no fue difícil adivinar la razón por la cual se ha conservado así: el camino. A pesar de que nos tocó “estrenar” algunos tramos de la nueva carretera, aun tuvimos que transitar por algunos tramos del antiguo camino, de un solo carril, apenas pavimentado, estrecho y a un costado un precipicio. Por si esto fuera poco, dicen que no llevaba mucho tiempo pavimentado y que antes era de tierra por lo que había temporadas en que era prácticamente imposible transitarlo.

Me llamó mucho la atención observar los tramos de la carretera que nos tocó utilizar por primera vez. Los cerros partidos, con sus altas paredes mostrando amenazadoras rocas que parecieran en cualquier momento querer vengar el que los hayan dejado con sus entrañas descubiertas y aplastar a cualquier vehículo que se atreva a pasar por ahí. Las líneas de la tierra, sus capas y colores, ocres, naranjas, terracota se mezclaban y enmarcado todo con los cafés y verdes pálidos del bosque. Es tiempo de secas así que el bosque no está tan verde como pudiera. Al contrario, se ve todo seco, no puedo evitar pensar en que una chispa puede acabar con todo eso.

Conforme subimos del nivel del mar a las montañas todo va cambiando, la temperatura, el color de la tierra, la vegetación. Las palmeras cada vez mas escasas van dejando el lugar a otro tipo de árboles y ya al final, cerca de llegar, a mis viejos amigos los pinos. Me esperaba que estuviéramos a más altura, pero San Sebastián está solo a 1600 metros sobre el nivel del mar, por lo que se encuentra justo al principio del bosque, pero también permite que haya otro tipo de vegetación de climas más cálidos.

Alrededor de las 5 de la tarde nos recibió San Sebastián, con sus empedradas y desiertas calles. Tenía ya mucho tiempo que no escuchaba el silencio. Por qué en las montañas todo es más tranquilo? De pronto fue como si me trasladara a otro lugar y otro tiempo, cuando pinos y montañas eran cosa de todos los días. La primera sorpresa agradable fue al entrar al pequeño hotel. El olor a madera era lo primero que uno percibía. Ese olor a madera de cabaña, olor a frío, olor a ganas de tener a alguien a quien abrazar y pasar la noche así, abrazados, ese olor que siempre me ha encantado. Tras aspirar un poco más ese aroma asignamos las habitaciones y salimos a dar una caminata por el pueblo.

Las calles empedradas no difieren mucho de las de Vallarta, pero aquí están cansadas de tanto ruido y movimiento nocturno. En San Sebastián las piedras se duermen junto con el sol, al anochecer solo son testigos del movimiento de las estrellas y los cantos nocturnos de alguno que otro animal. Por esas piedras tan viejas como el pueblo sin embargo no pasa casi nadie. En toda la caminata que dimos por las calles del pueblo no nos cruzamos con nadie. Al ir avanzando solo escuchábamos ocasionales conversaciones, desde los patios de las casas o el radio encendido en alguna habitación, pero prácticamente las únicas personas que vimos fueron niños jugando en la plaza u otros turistas que, como nosotros, disfrutaban de la calma. Me agradó mucho notar que a pesar de lo escondido que está, San Sebastián se conserva bien cuidado. Todas sus paredes pintadas de blanco y rojo, tratando de recordar sus viejos tiempos de esplendor cuando se mantuvo y fue famoso por lo que guardaban las entrañas de las montañas vecinas, ahora ya vacías y abandonadas.

La tarde caía y el viento se escuchaba en las copas de los árboles. Era hora de ir al festejo. La comida de cumpleaños de la mamá de Jarha fue muy agradable. Una mesa larga en el único “salón” del pueblo, un viejo patio vacío, como el resto del pueblo, con todas las señales de anteriormente haber sido una cantina pero que nos brindaba una vista muy buena de los cerros y la torre de la iglesia.

Después de una buena comida y una mejor convivencia, propuse ir a la plaza. Tenía ganas de probar el café de San Sebastián y ver el movimiento de la plaza. Era sábado en la noche y sin embargo ni así había gente en las calles, sí un poco más que en la caminata previa pero a las 10:30 de la noche ya es muy tarde en ese pueblo. El único café del pueblo ya estaba cerrando y nos costó un poco de trabajo convencer al dueño de que nos vendiera un pequeño café, eso si, para llevar.

Al ver que la noche en las calles no prometía mucho, decidimos pasar el resto de la velada jugando cartas, mismas que batallamos para conseguir en las escasamente surtidas tiendas del pueblo. Una última mirada a las estrellas, que hay que admitirlo, allá se pueden admirar mejor y enseguida al hotel, a jugar cartas y a dormir.

Siempre es diferente despertar en una cabaña. La luz de las montañas resplandece de una manera especial, como que las ventanas no le bastan y se esfuerza por entrar por cualquier espacio que pueda existir entre las tablas de techos y paredes. Aunque no haya puertas ni ventanas de alguna manera siempre hay luz.

Nos arreglamos y fuimos a buscar algo de desayunar. Como era de esperarse, en un lugar con de 600 habitantes, sólo hay un restaurant. Nos dirigimos ahí y el desayuno dejó algo que desear, en fin, al haber solo una opción es por fuerza la mejor. De regreso al hotel descubrimos nuevas calles solitarias, pequeñas explanadas desiertas y nuevas casas desde las cuales, los habitantes siempre nos miraban con curiosidad y recelo. Los inconfundibles turistas que vienen a mantener un poquito la escasa economía del lugar, pero al mismo tiempo vienen a alterar la ancestral y añorada calma de éste pueblo.

Dicen que el otro punto obligado a visitar es el cerro de la Bufa. Dicen que se ve todo el pueblo y que inclusive se ve hasta el mar. Dicen… Por desgracia no tuve la oportunidad de ir. El camino es malo y nuestro transporte no era el más indicado. Habrá que volver.

El regreso fue cansado, hacía calor y la parte de terracería obligaba a tener los cristales cerrados.
Al llegar a Vallarta no pude evitar pensar que me encantó el viaje, pero es muy extraño estar en un mismo día en las montañas y en la playa.

7 Comments:

  • En San Sebas existen muchas opciones para comer, además de la montaña y el clima rico, los restaurantes de San Sebas son para presumirse y desde luego visitarlos.
    Los mejores para mí: Comedor Lupita y el Fortín (éste último si que es una delicia para comida o cena, el primero es para desayunar muuy rico).
    Creo que cuando uno visita San Sebas el sabor de boca es muy agradable y resulta imposible no hacer un post del lugar. Y qué tal las historias de fantasmas? las almas en pena de los cristeros haciendo de las suyas en San Sebas....uuuhhh que miedo... bueno creo que me he extendido en mi comentario; pero qué le voy hacer adoro San Sebas!

    Saludos :-)

    By Blogger Vere, at 8:39 AM  

  • Bienvenida Solistra.

    En realidad es dificil regresar de San Sebastian y no escribir algo. Definitivamente me faltó tiempo para disfrutarlo más, asi que ojalá pueda volver pronto a conocer todo eso que comentas y que aun espera a que lo descubra.

    Pat

    By Blogger Fanny y Pat, at 9:37 AM  

  • Pat! me encantó que describieras el lugar...sentí que estaba ahí, pues ya lo sabes...me gusta mucho ir a esos lugares, sentir que mi México se regresa 100 años, oler el ambiente, sentir los ruidos tan diferentes de la ciudad...pues bienvenido de San Sebastián, que la vida te ponga en 1000+1 lugares como este a lo largo de tu recorrido
    TQM Caro

    By Anonymous Anonymous, at 9:33 AM  

  • ME ENCANTA SER PARTE DE TUS HISTORIAS, Y LA FORMA EN QUE LO DESCRIBES... DEFINITIVAMENTE LO DE LOS SHAMPOOS NO SE PODIA DEJAR DE MENCIONAR, AUNQUE TE FALTO LO DE LA NARANJA LIMA EH!...JAJAJA (MUCHAS GRACIAS POR CIERTO..!)

    By Blogger VIVISBUTTERFLY, at 12:34 PM  

  • otro!! otro!!!

    By Blogger Fanny, at 10:12 AM  

  • pattttt ya escribe algo!!! por favor........

    By Blogger Jarhantani Edith, at 11:08 AM  

  • HOLA SOY UN BLOG OLVIDADO AL QUE MI CREADOR NO LE PONE ATENCIÓN......
    A QUIEN PUEDO DIRIGIR MI QUEJA?

    By Blogger Jarhantani Edith, at 11:39 AM  

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